El pasado día 16 de marzo asistí a una conferencia de Gustavo Entrala, CEO de 101 cientouno, agencia de publicidad especializada en el mundo digital con un fuerte componente estratégico y creativo. Recientemente ha trabajado para la Santa Sede enseñando, por ejemplo, al propio Benedicto XVI a tuitear, hecho que le ha hecho mundialmente famoso como el español que introdujo al Papa en Twitter, si bien es cierto que su empresa cuenta con una larga trayectoria profesional.
La ponencia llevaba por título “Innovar para comunicar mejor: @pontifex y otras historias de cambios” y la centró en el trabajo de asesoramiento que su agencia ha ofrecido al Vaticano en los últimos años. De ahí nació la creación de su portal de noticias News.va (www.news.va), disponible en cinco idiomas, y la puesta en marcha de la cuenta en Twitter @pontifex
Gustavo Entrala denominó a Benedicto XVI como ‘el Papa de Twitter’ por su capacidad de comunicar de forma sintética a la vez que profunda, calificándolo como una persona introvertida que ganaba mucho en el trato personal. Por ello, desde 101 le aconsejaron comunicar empleando la famosa red de microbbloging, pues así tendría más oportunidades de conectar con su público.
Respecto al nuevo Papa Francisco, auguró que iba a ser muy querido por su forma de ser y de actuar, y que con sus gestos estaba reforzando positivamente la ‘marca Iglesia’, y no se está equivocando. Como dijo @gentrala en su cuenta de Twitter el pasado 14 de marzo, «los primeros gestos en el balcón de Bergoglio le han ganado el afecto de millones de personas».
Entrala aseguró que Internet ayuda a las instituciones y a las empresas a renovarse, pues la innovación genera profundos cambios a nivel interno que se reflejan a nivel externo. Buen ejemplo de ello es su trabajo para el anterior Pontífice con la puesta en marcha del portal de noticias del Vaticano (News.va), cuentas en varias redes sociales, y aplicaciones de móvil que acercan al Papa a las personas que quieren seguir su día a día.
Según mi humilde opinión y siempre desde el punto de vista de la comunicación, el Papa Francisco con sus innumerables gestos de cercanía que conocemos diariamente por los medios de comunicación, por su sencillez, transparencia, y el cariño que despierta por su gran ternura, se está ganando a fieles y a no tan fieles. Cualidades personales que hacen que se empieza a ver como un Papa muy mediático. De hecho, ya se ha estrenado en Twitter (@pontifex) contando en estos momentos con 1.380.510 seguidores en la cuenta en español (hay 9 cuentas disponibles)
Volviendo a su figura personal, el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio aceptó ser Papa con estas palabras: «Soy un gran pecador, confiando en la misericordia y en la paciencia de Dios. En el sufrimiento, acepto». Estas palabras las pronunció cuando el cardenal Giovanni Battista Re, que guiaba el cónclave, le preguntó en la tarde del 13 de marzo, una vez elegido por los purpurados como sucesor de Benedicto XVI, si aceptaba ser el nuevo Papa de la Iglesia católica, según desveló el cardenal Angelo Comastri, arcipreste de la Basílica de San Pedro. Comastri las reveló tras pedirle permiso al Papa Francisco, quien se lo permitió.
“¿Cuál es el poder del Papa?” Preguntó de forma retórica. Y respondió él mismo con fuerza: el servicio. En esta palabra está contenido todo su programa. “Pero hay otra pobreza. Es la pobreza espiritual de nuestros días, que afecta gravemente también a los países considerados más ricos. Llegó así a una segunda razón de mi nombre. Francisco de Asís nos dice: Esfuércense en construir la paz. Pero no hay verdadera paz sin verdad. No puede haber verdadera paz si cada uno es la medida de sí mismo, si cada uno puede reclamar siempre y sólo su propio derecho, sin preocuparse al mismo tiempo del bien de los demás, de todos, a partir ya de la naturaleza, que acomuna a todo ser humano en esta tierra”.
Una reflexión que me parece interesante destacar ahora que iniciamos la Semana Santa y porque además el nombre de «Papa Francisco» me es simpático. Ahora ya sabemos el origen de la denominación, homenajear al santo (aunque se han despertado dudas sobre el santo al que el Pontífice quería homenajear al escoger este nombre)
Desde que fue elegido, Jorge Mario Bergoglio ha ido acompañando su discurso central — «desearía una Iglesia pobre y para los pobres«— con pequeños pero inequívocos gestos de sencillez. Ha renunciado al lujoso coche oficial y a parte de la escolta, ha sustituido el Papamóvil blindado por un jeep descubierto para recorrer la plaza de San Pedro y, por citar algún otro ejemplo, suele invitar a sus misas diarias de las siete de la mañana a los trabajadores del Vaticano. El último gesto que hemos conocido por los medios ha sido el de renunciar a trasladarse —al menos por el momento— al lujoso apartamento pontificio del tercer piso del Palacio Apostólico.
El ex cardenal argentino Jorge Bergoglio sigue viviendo en la Casa de Santa Marta, una moderna residencia ubicada dentro de la Ciudad del Vaticano, donde permaneció durante el cónclave que lo eligió el 13 de marzo.
El día que visitó el apartamento pontificio, el Papa Francisco exclamó: “Aquí pueden vivir 300 personas”. Se trata de una vivienda no sólo grande, sino también muy lujosa, utilizada por los papas desde que Pío X se instalara allí en 1903 y reformada recientemente por Benedicto XVI.
Como me recuerdan mis compañeros de COSO Alumni Dircom, que me brindaron la oportunidad de asistir a esta conferencia, todo acto de comunicación genera una identidad y unas emociones que son los elementos que ayudan a conectar con la gente, y las cifras de la cuenta en Twitter del Pontífice ya indican que esto es una realidad.
Entrala explicó durante su discurso que un auténtico líder no es sólo quien más seguidores tiene sino el que más conversación genera, y en ello influye la cantidad de contenidos que comparta su audiencia para difundir los mensajes y tener verdadero impacto. Gracias a las tecnologías de la información y la comunicación, el Papa puede hacer llegar sus mensajes de forma directa a su público, empleando las plataformas de nuestra época y generando un gran cambio en la institución eclesiástica, esperemos, para dar a conocer su verdadero mensaje. Esperanzador al menos…